Lectura: Lucas 12:49-53
Nadie puede permanecer neutral ante Jesús. Pretender neutralidad ante Él es rechazarlo. Jesús es el Único que ha dicho *nadie viene al Padre sino por mí*.
O seguimos a Jesús o estamos perdidos. O entramos por la puerta estrecha y seguimos el camino angosto o permanecemos en la oscuridad.
Jesús vino a traer división entre los hombres. Y la grieta, la profunda grieta, es la cruz. ¿Reconocemos nuestra necesidad de perdón y misericordia y miramos al Jesús que se entregó por nosotros? ¿O nos condenamos a nosotros mismos al creernos autosuficientes?
Seguir a Jesús puede significar el rechazo, incluso de tu misma familia. Y eso parece un precio alto a pagar, pero considera que el precio de no seguirle es más alto y doloroso.
Cuando el profeta Elías confrontó a los sacerdotes de Baal, mirando al pueblo les hizo esta misma pregunta. ¿De qué lado están? ¿A quién quieren servir? ¿A Dios o a los ídolos?
¿Y nosotros? ¿De qué lado estamos? Seguir a Jesús es mucho más que saber un poco de La Biblia, orar, ir a una iglesia. Seguir a Jesús es dejar que Él transforme tu corazón radicalmente.
*PARA PENSAR:* Considérate a ti mismo, ¿has evaluado lo que significa ser un discípulo de Jesús?