Devocional

La autoridad del Rey (Lucas 19:45-48)

Lectura: Lucas 19:45-48

‘Entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían, diciéndoles: «Escrito está: “Mi casa será casa de oración pero ustedes la han hecho cueva de ladrones” ». Jesús enseñaba diariamente en el templo. Pero los principales sacerdotes, los escribas y los más prominentes del pueblo procuraban matar a Jesús; y no encontraban la manera de hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de Él, escuchando lo que decía.’

 

Cuando vemos a Jesús limpiando el templo de aquellos que han convertido la adoración a Dios en un negocio es evidente que Él rechaza a este tipo de personas.

Y naturalmente, pensamos en todos aquellos que se aprovechan de la gente y usan la fe como una forma de ganancia económica. Algunos religiosos modernos tienen como foco de su enseñanza la recaudación económica, y ya no les alcanza la enseñanza bíblica de los diezmos y ofrendan, inventan métodos cada vez más descarados de engañar. Estos mercaderes no predican el Evangelio, nadie que se aproveche de otro es un representante de Cristo. 

Los mercaderes de la fe no predican el Evangelio, nadie que se aproveche de otro es un representante de Cristo. 

Vemos el rechazo de Cristo hacia ellos en su expulsión del templo, y cuando los llama ladrones. No hay sutileza en la declaración del Señor.

Pero hay otro aspecto que me gustaría que observemos en este pasaje…

Cuando Jesús expulsa a los mercaderes está haciendo algo similar a lo que hizo cuando entró en Jerusalem. Jesús está proclamando que Él expulsa a estos ladrones porque esta es su casa, porque Él es el Mesías de Dios, que tiene toda autoridad para hacerlo.

Jesús está proclamando que Él expulsa a estos ladrones porque esta es su casa, porque Él es el Mesías de Dios, que tiene toda autoridad para hacerlo.

El contraste son los escribas, fariseos y prominentes, que no pueden reconocer esta autoridad, porque no pueden reconocer su identidad como el Mesías.

Procuran matarle, pero temen hacerlo, por esta misma autoridad que Jesús tiene y se evidencia aquí en cómo el pueblo escucha su mensaje.

Cuando Jesús limpia el templo, y enseña allí cada día, está mostrando quién es Él. Jesús es el Hijo de Dios, el Mesías de Dios, y por eso mismo él tiene esa autoridad que asombra. Una autoridad que no desconoce las maquinaciones de los que quieren matarlo, pero que lo mantiene firme, aún en esas circunstancias.

 

PARA PENSAR: En cualquier circunstancia, lo que debiera mantenernos firmes, es nuestra identidad como hijos de Dios. Nosotros nos aferramos a Él, a obedecerle, a su voluntad, a su gracia.

1 Comment

  1. Gracias por este medio donde podemos incontrar temas tan interesantes para el reforzar nuestros conocimientos.
    Gracias a ustedes por compartir estas publicaciones tan lindas

DEJA TU COMENTARIO

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

0 %