Devocional

Amar a Dios en mi prójimo (Lucas 10:25-37)

Lectura: Lucas 10:25-37

Todos hemos escuchado la parábola del buen samaritano. Hay mucho que aprender acerca del Reino de Dios allí. 

El origen de esta enseñanza de Jesús es una pregunta, de la boca de un intérprete de la Ley.

La pregunta es acerca de qué hacer para heredar la vida eterna. Y Jesús,que conoce que la intención del samaritano es ponerlo a prueba, le responde: ¿Qué dice la ley?.

Bien contesta el intérprete cuando resume la ley en amar a Dios y al prójimo. 

-Bueno, andá y hacelo – dice el Señor. Ama, dice Jesús, ama a Dios, ama a tu prójimo. 

¿Y cómo? ¿Quién es mi prójimo? ¿A quienes tengo que amar? ¿Y a quienes puedo NO amar?

Y Jesús cuenta esta parábola en la que los expertos en la Ley trataron al herido como un tema de discusión; los ladrones, como un objeto de explotación; los sacerdotes, como un problema a evitar; y el levita como un objeto de curiosidad. Sólo el samaritano lo trató como una persona a la que se debía amar. (Biblia Diario Vivir)

¿Y qué aprendemos entonces? Tres principios acerca de lo que significa el amor al prójimo: (1) la carencia de amor es a menudo fácil de justificar a pesar de que nunca es buena; (2) nuestro prójimo es cualquiera que esté en necesidad, sin importar raza, credo ni procedencia social; y (3) amor significa hacer algo para suplir la necesidad de alguien. No importa dónde viva, hay gente necesitada a su alrededor. No hay razón justificada para negarse a brindar ayuda.

La respuesta de Jesús es sencilla de entender. Amamos a Dios amando a nuestro prójimo, y nuestro prójimo es cualquiera que esté en necesidad.

La Ley del Evangelio es el Amor, y en él, aprendemos que amar a Dios es amar a nuestro amigo, y también a nuestro enemigo. Y esto ya no es tan sencillo. Por eso es necesario nacer de nuevo. Solo así vemos al otro con los ojos de Cristo, solo así vemos al otro como nuestro prójimo. 

La Ley del Evangelio es el Amor, y en él, aprendemos que amar a Dios es amar a nuestro amigo, y también a nuestro enemigo. Y esto ya no es tan sencillo. Por eso es necesario nacer de nuevo. Solo así vemos al otro con los ojos de Cristo, solo así vemos al otro como nuestro prójimo. 

 

PARA PENSAR: Sabemos que Dios nos llama a amar, es un concepto bien básico. Pero, ¿Cómo se manifiesta ese amor en nuestra relación con los demás? ¡El Señor nos ayude a amar!

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