Lectura: Lucas 9:57-62
El viaje hacia la cruz apenas comienza, y al emprenderlo, Jesús “afirmó su rostro”. Por el gozo puesto delante de Él, hay una firme y profunda determinación. Él viaja hacia Jerusalem, sabe lo que allí va a suceder, lo que va ha de sufrir, y sin embargo no hay dudas en él.
Los discípulos de Jesús también tenemos que estar dispuestos a tomar nuestra cruz y seguirle.
Jesús invita a aquellos que dicen querer hacerlo a considerar estas cosas.
Jesús no hace falsas promesas, el costo de seguirle es alto. Debes estar dispuesto a negarte a ti mismo y a tomar tu cruz.
Debes estar dispuesto a sufrir, e incluso a morir por causa de Su Nombre. Debes estar dispuesto a seguirle sin mirar atrás.
Jesús no hace falsas promesas, el costo de seguirle es alto. Y sin embargo debes saber también que no hay camino más sublime por seguir. No hay Rey más bondadoso a quien servir. No hay causa más valiosa por la cual dar la vida.
Y sin embargo debes saber también que no hay camino más sublime por seguir. No hay Rey más bondadoso a quien servir. No hay causa más valiosa por la cual dar la vida.
PARA PENSAR: ¿Estás dispuesto a seguirle?