Lucas 4:16-30
El Señor Jesús llega a su propia ciudad, Nazaret, donde se ha criado. Y como es su costumbre (más que costumbre era una muestra de su obediencia) cada sábado concurre a la sinagoga. Lee la profecía de Isaías 61, acerca del Mesías (El Ungido del Señor).
¿Qué ha venido a hacer el Mesías?
Dar buenas nuevas a los pobres, a alcanzar a los que no tienen nada, a los rechazados, los oprimidos, lo vil y menospreciado, para ellos han llegado las buenas noticias.
Sanar a los quebrantados de corazón, a los humillados, los abandonados, los sufrientes, los desilusionados, serán sanados.
Pregonar libertad a los cautivos, los cautivos, del dolor y del pecado, los oprimidos por la religión vacía, para ellos el Mesías trae liberación.
Dar vista a los ciegos, a los perdidos,a los confundidos, sin rumbo, sin visión ni propósito, los sin valor, contemplarán a Aquel que es la Luz del Mundo.
Poner en libertad a los oprimidos, romper las cadenas de los que sufren oprobio y violencia, los que sufren el abuso de los poderosos, conocerán el verdadero sentido de la libertad.
Proclamar el año agradable del Señor, el tiempo donde todo esclavo recupera su libertad, donde lo perdido se recupera, las deudas son perdonadas. El jubileo de Dios para la humanidad, que el jubileo de la ley anunciaba y prefiguraba.
Esto es el Evangelio. ¿Quién? Yo, dice Jesús, ¿Cuando? Hoy.
PARA PENSAR: ¿Es Jesús nuestra libertad? ¿Somos conscientes de nuestra necesidad de un Mesías que nos libere, nos perdone, nos reconcilie con Dios?