Lectura: S. Lucas 3:21-22
La misión que Juan vino a cumplir (llamar al arrepentimiento, preparar el camino de Jesús) ha sido cumplida. Es tiempo de que Jesús comience con Su misión.
Y la manera de hacerlo es viniendo a Juan, y bautizándose.
Y vemos el Espíritu del Señor descender como una paloma.
Y oímos decir al Padre, este es mi Hijo, en Él me complazco.
El Señor Jesús no es un simple hombre que quiere enseñar y hacer cosas positivas. Él es el Hijo de Dios.
Y Su Misión es la misión de toda la Deidad. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Todo lo que Jesús haga y diga es en obediencia al Padre. Nada hace Él solo.
La Salvación de los hombres, el plan de Dios desde la eternidad, está haciéndose realidad.
PARA PENSAR: ¿Hay asombro en nuestros corazones al ver el plan perfecto del Señor para salvarnos? ¿Es Jesús ejemplo de obediencia para nosotros?