Lectura: Lucas 4:38-41
Luego de proclamar su identidad como el Mesías de Dios el Señor Jesús muestra su autoridad y su poder sanando a los enfermos.
En este pasaje sana, en primer lugar, a la suegra de Pedro, quien luego de ser sanada completamente por el Señor servía, llena de gratitud, a Jesús y los suyos.
Al ponerse el sol termina el día de reposo, y entonces muchos vienen a Jesús llevando a los enfermos. Lucas nos dice que el Señor ponía sus manos sobre ellos y los sanaba, y que incluso los demonios salían dando voces y reconociendo quien Él era.
Este pasaje resalta una vez más el carácter amoroso de Nuestro Señor, acercándose a los que sufren; y su autoridad como el Hijo de Dios.
Los milagros que hace Jesús son la prueba de su identidad divina.
PARA PENSAR: ¿Es a Jesús a quien miramos en todo tiempo? ¿Nos acercamos genuinamente a Él reconociendo nuestra necesidad de su mirada compasiva? ¿Descansamos y confiamos en quién Él es?