Hoy es 24 de diciembre (y esto que digo hoy vale para cualquier día de cualquier año). No sé a vos, pero a mí me pasa. Voy a un negocio, y la gente te saluda y te desea ¡Feliz Navidad! Lo mismo sucede en los grupos de WhatsApp del trabajo, del club, o lo que sea…
¡Felicidades! ¡Feliz Navidad! ¿Y cómo contestar?
A veces, mecánicamente uno desea una feliz navidad al otro… Pero la verdad es que no puedo (no debería) mentirte…
Cuando yo te deseo una feliz navidad no te estoy deseando lindos regalos, ni una buena cena, ni siquiera un tiempo armonioso en familia. Cuando yo te deseo feliz navidad, mi deseo es que llegues a conocer que la navidad es acerca de Jesús (o no es).
El niñito que es una figura tierna en el pesebre es Dios, haciéndose humano para tomar nuestro lugar en una cruz. El niñito frágil en apariencia pero que en realidad es el Creador del Universo, acercándose a nosotros.
Jesús nace para salvarnos de la oscuridad y la maldad en la que estamos hundidos. No se trata de cuestiones superficiales o terrenas. Él viene a cambiar nuestro destino eterno, que no es otro que la condenación… si no le reconocemos a Él como el Salvador…
Su nombre, Jesús, significa precisamente eso, Salvador (Mateo 1:21).
Así que sí, te deseo una feliz navidad. Porque mi deseo más profundo y más amoroso es que ese niño que el mundo dice celebrar, sin conocerle, sea tu Salvador y Señor.
¿Qué es necesario hacer para que eso sea así? Reconocer que sos un pecador, arrepentirte de tu pecado y abrazar a Jesús como el Rey de tu vida. Esa es la manera en la que los hombres pueden recibir el regalo más precioso de parte de Dios: la salvación de sus almas, la posibilidad de dejar de ser enemigos de Dios para llegar a ser sus hijos.
Ese es mi deseo de navidad para vos hoy… que Jesús sea tu tesoro, que lo conozcas, que recibas su perdón y su amor, y llegues a amarlo con toda tu alma, toda tu mente, todo tu corazón y todas tus fuerzas.
Si Jesús es tu razón de celebrar hoy, podrás experimentar su paz tomando una sopa, sin regalos, y hasta con conflictos en tu vida…
Si Jesús es tu razón de celebrar hoy, sí puedo decirte con gozo ¡Feliz Navidad!
Y si aún no lo conoces como tu Salvador, no te puedo mentir, solo puedo decirte, ¡Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo!