Devocional

“Presentar a Jesús en el Templo” (Lucas 2:22-38)

Lectura: Lucas 2:22-38

En este pasaje vemos a José y María haciendo algo que todos los papás judíos debían hacer. Presentar a su recién nacido en el Templo para que éste sea circuncidado. Aunque un niño es un hecho que marca la vida de una familia para siempre seguramente cientos de familias asistían cada día a Jerusalem para esta ceremonia. Es más José y María eran personas de condición humilde que habrían de traer una ofrenda sencilla.

Y una vez más llaman la atención dos cosas.

Por un lado el detalle de cada evento de la narración y cómo Lucas nos quiere hacer ver todas esas cosas (que seguramente le han sido contadas por la misma María). Y cómo se nos dice que ella las guardaba en su corazón.

Y por el otro lado, todo lo que se relaciona con Jesús deja de ser común y ordinario.

Al llegar Jesús al Templo hay alguien esperándolo. Simeón. Este hombre justo y piadoso había recibido una promesa. Él no moriría hasta ver al Cristo. ¡Y qué preciosa alabanza brota de sus labios! ¡Qué podamos hacerla nuestra!

“Ahora, Señor, permite que tu siervo se vaya en paz, conforme a tu palabra;

 la cual has preparado en presencia de todos los pueblos; 

luz de revelación a los gentiles , y gloria de tu pueblo Israel.

Porque han visto mis ojos tu salvación”

Ese era el anhelo de Simeón (y de Ana). Ver la salvación del Señor! 

¡Nosotros también hemos podido contemplar Su Salvación! 

PARA PENSAR: ¿Recordamos cada día lo extraordinario que es que el Hijo de Dios haya venido a nosotros? ¿Viene nuestro gozo de Su salvación?

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