Lectura: Lucas 12:35-40
En los pasajes anteriores el Señor nos enseñaba a no aferrarnos a lo pasajero de este mundo, y a tener nuestro tesoro en los Cielos. El pasaje que leemos hoy tiene una estrecha relación con esas mismas ideas.
¿Cómo vivimos los discípulos de Jesús? Preparados para su regreso.
Cómo pensamos y sentimos acerca del Regreso de Nuestro Señor es un indicador de dónde están puestos nuestros ojos y nuestro corazón.
Hay distintas actitudes frente a la promesa del Señor.
A veces podemos ser descuidados y negligentes. Si todas y cada una de las promesas de La Biblia han sido cumplidas, ¿por qué vemos esta como algo no tan real, o ciertamente distante? Una y otra vez el Señor nos advierte que debemos velar, y estar alertas todo el tiempo, porque no sabemos cuándo Él ha de venir.
La frase que muchas veces escuchamos, “El Señor puede regresar en 10 minutos” es más que una frase hecha, es una realidad afirmada en Las Escrituras firmemente. Debemos estar listos.
¿Y qué significa estar listos? ¿Cómo queremos que el Señor nos encuentre cuando Él vuelva?
Cuando Él regrese, los suyos se van a caracterizar (entre otras cosas) por estar anhelando y orando por su regreso, por estar compartiendo el Evangelio con quienes aún no le conocen, por estar batallando con su pecado y creciendo en santidad. Por estar aprendiendo cada día las mil y una formas en las que Dios se glorifica a sí mismo en nuestras vidas…
PARA PENSAR: Este viaje será definitivo, no vas a necesitar equipaje, Él ya lo preparó todo. ¡Qué Él te encuentre listo!