Por Lectura: Lucas 12:41-48
Apenas el Señor termina de hablar de la importancia de que cuando Él regrese nos encuentre listos, Pedro pregunta ¿Esto que decís es para mí?
La respuesta del Señor no deja lugar a dudas, el que está involucrado en el servicio de Cristo, debe tener un fuerte compromiso con lo que está haciendo. Los siervos del Señor deben ser fieles y prudentes.
Fieles, porque nunca debemos olvidar que no nos servimos a nosotros mismos, sino a Dios. Porque debemos aferrarnos con firmeza a Él, para no resbalar. Porque debemos tener cuidado de nuestras vidas y de la doctrina. Servimos al Señor y buscamos Su Gloria (Si aún no lo hiciste, te recomiendo el libro “Siervos para su Gloria”, del pastor Miguel Nuñez).
Prudentes, porque debemos recordar que se nos ha dado una responsabilidad muy grande, reflejarlo a Él. Todo lo que hagamos, nuestras palabras, nuestros gestos, nuestras acciones deben mostrar el amor, la verdad, la justicia y la compasión de nuestro Dios.
Todo lo que hagamos, nuestras palabras, nuestros gestos, nuestras acciones deben mostrar el amor, la verdad, la justicia y la compasión de nuestro Dios.
Resulta muy interesante la distinción que hace el Señor entre aquellos siervos que conocen su voluntad y no la obedecen y aquellos que quizás cometen algún error por no conocerla tan bien. No sé a vos, pero a mí me hace pensar en muchos hermanos que quizás no tienen una teología tan sana u ortodoxa. Y oro por ellos, porque La Palabra siga alumbrándolos y llevándolos a la Verdad del Evangelio de la gracia de Dios. Pero sin dudas, hay algunos que predican en el nombre de Cristo, pero buscan su propio beneficio e interés, aprovechándose de la gente. ¡Ay de estos cuando el Señor venga a traer justicia!
PARA PENSAR: ¿Somos fieles y prudentes en nuestro servicio a Cristo? ¿Buscamos su gloria en todo lo que hacemos?
