Devocional

Todo es nuestro, porque somos de Cristo (1 Corintios 3:18-23)

Nuestro texto de hoy

‘Nadie se engañe a sí mismo. Si alguien de ustedes se cree sabio según este mundo, hágase necio a fin de llegar a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios. Pues escrito está: «Él es el que prende a los sabios en su propia astucia ». Y también: «El Señor conoce los razonamientos de los sabios, los cuales son inútiles ». Así que nadie se jacte en los hombres, porque todo es de ustedes: ya sea Pablo, o Apolos, o Cefas , o el mundo, o la vida, o la muerte, o lo presente, o lo por venir, todo es suyo, y ustedes de Cristo, y Cristo de Dios.’
1 Corintios 3:18-23

Meditemos

 

Los corintios se creían sabios, pero se engañaban a sí mismos. Pablo quiere que ellos entiendan la verdadera sabiduría, la que Él mismo disfruta (1 Corintios 3:10).

¿Y cómo llegamos a ser sabios en verdad?

Nos hacemos necios: para alcanzar la verdadera sabiduría necesitamos despojarnos de nuestra arrogancia y autosuficiencia, debemos comprender que los razonamientos humanos son insuficientes para alcanzar la sabiduría divina. 

Para ser sabios, lo primero que necesitamos hacer es reconocer que no sabemos nada, que los caminos de Dios son más altos que nuestros pensamientos y sus caminos más altos que los nuestros (Isaías 55:8-9)

No nos jactamos de los hombres: Si la verdadera sabiduría viene de Dios no podemos depender de ningún hombre, de ningún siervo de Dios. Los siervos de Dios, sirven, precisamente a la iglesia, no buscan ser ellos mismos servidos. 

Y lo que recibimos por su medio, viene exclusivamente de Dios. ¿Cómo puede estar nuestra confianza puesta en un hombre, por más sabio y piadoso que este sea? (Jeremías 17:5-6)

Somos de Cristo: porque somos suyos, lo tenemos todo. Porque lo tenemos a Él (1 Corintios 1:35-8) hemos sido enriquecidos en todo. Somos de Cristo, y Cristo de Dios. Y por estar “en Él”, por conocerle a Él tenemos verdadera sabiduría. La sabiduría que es realmente necesaria.  

 

Llegamos a ser sabios cuando Dios se revela a nosotros en Jesús. Nuestros ojos se abren, nuestros corazones son transformados y somos hechos nuevos totalmente por la obra de Cristo. ¡Y ahí entendemos! Somos de Cristo. Estamos en Él y Él está en nosotros. Nada más es necesario. Cristo es suficiente. 

 

Un detalle para señalar

 

Pablo usa en este pasaje una paradoja, es decir, una frase que a primera vista parece sin sentido, pero que sin embargo tiene un profundo peso de verdad.

Para ser sabios debemos volvernos necios. 

Muchas veces el evangelio se nos revela a través de paradojas. 

Debes dar para recibir, debes morir para vivir …

 

Para pensar

 

El evangelio nos exige reconocer nuestra necesidad y nuestra incapacidad, siempre. Para que de esa manera la gracia de Dios extendida hacia nosotros nos maraville más profundamente. 

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