Lectura: Lucas 22:63-65
“Los hombres que tenían a Jesús bajo custodia, se burlaban de Él y lo golpeaban; Le vendaron los ojos, y le preguntaban: «Adivina, ¿quién es el que te ha golpeado?». También decían muchas otras cosas contra Él, blasfemando.”
Jesús dijo que esta era la hora de los que andan en oscuridad, que era el tiempo en el que ellos iban a actuar a sus anchas. La escena que Lucas nos muestra es realmente indigna. Los secuaces de los sacerdotes se animan a hacer ahora lo que no se atrevieron a hacer antes. Meditemos en la actitud de quienes protagonizan los hechos.
Los guardias de Jesús: ¿Cuánta necedad y oscuridad puede caber en el corazón del hombre? ¿Cuán lejos podemos llegar en nuestra rebeldía y rechazo de Dios? Si Dios nos abandonara a nuestra propia maldad podríamos caer realmente bajo. Podríamos rechazar al Señor de la misma manera en que estos hombres lo hicieron. Ellos están dando rienda suelta a su maldad. Cuanto más lejos estamos de Dios, cuanto menos lo conocemos, más nos hundimos en la maldad y terminamos destruyéndonos a nosotros mismos.
El Señor: El contraste es la actitud del Señor Jesús. Mientras recibe las burlas, los cachetazos y los insultos, Cristo permanece firme. No hay odio, no hay rencor, no hay maldad. Jesús está amando, amando de manera sublime. ¿Por qué lo hace? Porque es necesario que Él padezca lo que nosotros merecemos. ¿Por qué toma Él nuestro lugar? Porque nos ama.
Hubo un tiempo en el que al mirar esta escena mi corazón se indignaba por la maldad de los que humillan a Jesús. Pero eso no es lo importante. Miralo a Él. Mira su amor derramado hasta el extremo. No hay belleza mayor que esa, no hay amor más grande. Contempla su sufrimiento, su ternura, su determinación… y que tu corazón se llene de adoración y gratitud ante una gracia tan abrumadora.
La maldad de los hombres es reducida a nada ante la obra redentora de Cristo.
La maldad de los hombres es reducida a nada ante la obra redentora de Cristo.
PARA PENSAR: ¡Señor, ayúdanos a ver y entender todas las cosas desde la cruz, ayúdanos a seguir tu ejemplo, ayúdanos a amar como Vos lo hacés!