Por Nuestro texto de hoy
‘¿Qué hay que hacer, pues, hermanos? Cuando se reúnan, cada cual aporte salmo, enseñanza, revelación, lenguas o interpretación. Que todo se haga para edificación. Si alguien habla en lenguas, que hablen dos, o a lo más tres, y por turno, y que uno interprete. Pero si no hay intérprete, que guarde silencio en la iglesia y que hable para sí y para Dios. Y que dos o tres profetas hablen, y los demás juzguen. Pero si a otro que está sentado le es revelado algo, que calle el primero. Porque todos pueden profetizar uno por uno, para que todos aprendan y todos sean exhortados. Los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas. Porque Dios no es Dios de confusión, sino de paz, como en todas las iglesias de los santos. Las mujeres guarden silencio en las iglesias, porque no les es permitido hablar, antes bien, que se sujeten como dice también la ley. Y si quieren aprender algo, que pregunten a sus propios maridos en casa, porque no es correcto que la mujer hable en la iglesia. ¿Acaso la palabra de Dios salió de ustedes, o solo a ustedes ha llegado? Si alguien piensa que es profeta o espiritual, reconozca que lo que les escribo es mandamiento del Señor. Pero si alguien no reconoce esto, él no es reconocido . Por tanto, hermanos míos, anhelen el profetizar, y no prohíban hablar en lenguas. Pero que todo se haga decentemente y con orden.’
1 Corintios 14:26-40
Meditemos
¿Cuál es el propósito de la iglesia? (y del hombre, en realidad).
Si hemos ido entendiendo lo que Pablo quiere enseñarles a los corintios (y a nosotros), la iglesia no fue fundada para nuestro beneficio, y muchísimo menos para que nuestros dones o capacidades deslumbren a otros. La iglesia es el pueblo de los que buscan traer gloria al Nombre del Señor.
La iglesia es el pueblo de los que buscan traer gloria al Nombre del Señor.
Paradójicamente, lo peor que podemos hacer es buscar nuestro propio beneficio de una manera autocentrada. El egoísmo es una búsqueda centrada exclusivamente a lo que yo creo que necesito, cuando en realidad hemos sido creados para amar, a Dios primeramente, y a los demás como otra manera de amarle.
El pasaje que hoy compartimos apunta a una palabra importante: orden. La iglesia del Señor debe ser ordenada.
¿Por qué? ¿Porque Dios es super serio y nos mira siempre con cara de malo? ¿Por qué los cristianos tenemos que vivir siempre con expresión dura y solemne?
Sabemos que no es así, el pueblo cristiano es un pueblo gozoso y que tiene más razones que nadie para la felicidad.
Simplemente sucede que cuando queremos honrar a Dios y procuramos Su Gloria y no la nuestra las cosas se suceden de una manera que honre a Dios y le agrade a Él. Es decir, hay orden. Dios no es un Dios de caos, y el fruto del Espíritu es dominio propio.
Cuando queremos honrar a Dios y procuramos Su Gloria y no la nuestra las cosas se suceden de una manera que honre a Dios y le agrade a Él.
¿Cómo se ve reflejado ese orden que honra al Señor en la comunidad de los santos?
Con los dones puestos al servicio de los demás, y no la búsqueda de protagonismos vanos.
Con respeto del orden y autoridad dado por Dios a los hombres.
Un detalle para señalar
En nuestros días, el discurso imperante es que hombres y mujeres somos iguales, y en cierto sentido es cierto. Pero es evidente. no solo a la vista, que hombres y mujeres somos distintos.
La Biblia enseña que el liderazgo y la enseñanza a la iglesia es una responsabilidad que Dios ha puesto sobre los hombres. Lastimosamente, muchas veces sucede que el género masculino no quiere cumplir con el mandato del Señor (liderazgo que sirve) y la consecuencia es que las mujeres tomen un lugar que no conviene.
La iglesia que quiera honrar a Dios, y ser ordenada, tendrá hombres que no rehuyen su responsabilidad, y mujeres modestas y humildes.
Para pensar
¿Cómo somos y hacemos iglesia? ¿Cómo vivimos en comunidad? ¿De una manera que honre a Dios o buscando satisfacer nuestras supuestas necesidades? ¿Por qué es importante el orden en la iglesia del Señor?
