Devocional

El milagro de la pesca (Lucas 5:1-11)

Lectura: Lucas 5:1-11

Después de proclamar su identidad como el Mesías de Dios a través de su enseñanza y los milagros que comienza a realizar, el Señor Jesús comienza a ser seguido por muchos.

Para evitar que la gente se agolpara pide a unos pescadores que le permitan enseñar desde una de las barcas. Ellos están cansados, han estado pescando toda la noche, no han obtenido nada y ya están lavando sus redes.

Simón, Jacobo y Juan escuchan a Jesús enseñar, hasta que al finalizar les pide que vuelvan a adentrarse en el agua y arrojen las redes. ¿Qué habrá pasado por la mente de estos hombres? Ellos son pescadores experimentados, pero de todas maneras deciden (con poca expectativa) hacer lo que Jesús les pide.

De inmediato sus redes se llenan de tal manera que sus corazones se llenan de asombro y temor.

¿Quién es este? Aunque no sepan con plenitud que están junto al Creador de todas las cosas (sólo el Espíritu puede hacer que veamos eso) se dan cuenta de que se trata de Alguien especial, no es un simple maestro.

Y ante la presencia del Señor ocurren dos milagros (aparte y quizás más importante que la pesca milagrosa en sí): son conscientes de su pecado, y son llamados a seguir a Aquel que vino a traer el perdón.

Jesús los llama a seguirle, a convertirse en pescadores de hombres, a ser testigos y mensajeros del Reino de los Cielos. De escuchar, pasan a actuar, porque Lucas nos dice que: “dejándolo todo, le siguieron”.

PARA PENSAR: El poder transformador de Jesús hace que todo pase un segundo plano. ¿Estamos dispuestos a seguirle?

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