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Firmes en tiempos difíciles

Dice La Biblia en el libro de Los Salmos:

 

“Si el SEÑOR no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el SEÑOR no guarda la ciudad, en vano vela la guardia.

Es en vano que os levantéis de madrugada, que os acostéis tarde, que comáis el pan de afanosa labor, pues El da a su amado aun mientras duerme.”

 

(Salmos 127:1-2 Biblia de las Américas)

 

Leamos también el mismo texto en la versión de Lenguaje Actual

 

“Si Dios no construye la casa, de nada sirve que se esfuercen los constructores.

Si Dios no vigila la ciudad, de nada sirve que se desvelen los vigilantes.

De nada sirve que ustedes se levanten muy temprano, ni que se acuesten muy tarde, ni que trabajen muy duro para ganarse el pan; cuando Dios quiere a alguien, le da un sueño tranquilo.”

 

¿Qué nos enseña este pasaje de La Biblia?

¿Qué no tenemos que trabajar? ¿Qué no tenemos que esforzarnos por nada? ¿Qué si creemos en Dios ya no tenemos que preocuparnos por nada más?

Obviamente, sabemos que ese NO es el mensaje de La Biblia. Todo lo contrario, La Biblia siempre dice que una señal de que un hombre cree y confía en Dios es que se esfuerza, que trabaja y que cuida de los suyos, especialmente de su familia.

¿Y entonces? ¿Qué quiere decirnos La Biblia aquí?

 

Quisiera compartirte unas pocas ideas para que pensemos juntos.

 

No somos todopoderosos: No importa lo que nosotros pensemos de nosotros mismos, hay cosas que escapan de nuestro control y de nuestro alcance. Si somos tercos y queremos encarar cosas que no son para nosotros, no las vamos a lograr. No importa el esfuerzo que le pongas. Hay cosas que no dependen de vos, y no las podés cambiar. Tenemos que reconocer que no somos autosuficientes. Nuestro orgullo nos hace pensar, a veces, que no necesitamos a nada, ni a nadie. Pero si pensamos eso nos estamos engañando. Reconocer que a veces somos débiles y que a veces no podemos solos no nos hace menos, por el contrario, nos enseña a buscar ayuda en el lugar correcto.

 

Dios debe ser el fundamento: Un hombre de Dios confía y depende de Dios en todo lo que hace. Necesitamos aprender a hacer las cosas de la manera en la que Dios nos enseña a hacerlas, porque esa es la mejor manera de hacerlas. Necesitamos aprender a buscar la guía de Dios en todo lo que hacemos. Y esto no significa que nosotros nos proponemos algo y le pedimos a Dios que nos ayude a lograrlo. Al revés, significa que “antes” de encarar un proyecto pedimos sabiduría y consideramos si lo que estamos pensando hacer está de acuerdo con lo que Dios nos enseña.

 

Dios es nuestra confianza y seguridad: Si hemos buscado la guía de Dios, si estamos tratando de vivir de una manera que a Él le agrade, tenemos esta confianza. ¿Significa que no va a haber problemas? No, significa que Dios va a estar con nosotros, sosteniéndonos en medio de las dificultades, no importa el resultado final.

 

Para pensar : ¿Cómo somos los hombres que Dios quiere que seamos en nuestras vidas? ¿Cómo puede ser Dios el fundamento de nuestro trabajo, de nuestros proyectos? ¿Cómo Dios nos ayuda y guía para cuidar de nuestros hogares y familias?

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