Lucas 10:38-42
En el camino a Jerusalem, Jesús entra en una una aldea, y es recibido en la casa de dos hermanas, Marta y María.
El contraste es obvio, Marta está “preocupada y molesta” por todo lo que tiene que hacer para atender al Señor y a quienes lo acompañan, mientras que María está sentada a los pies del Maestro, escuchándolo.
Marta hace lo que probablemente cualquiera de nosotros hubiera hecho, reclamarle a Jesús.
La respuesta de Jesús es directa: una sola cosa es necesaria.
¿Qué cosa es necesaria?
¿Qué es más importante? ¿El servicio o Aquel a quien servimos?
¿Hace mal Marta en servir al Señor? No, lo que no llega a ver es que lo realmente necesario es estar con Jesús.
¿Qué es más importante? ¿El servicio o Aquel a quien servimos?
A veces, enfocados en el “hacer” nos olvidamos de Aquel que nos hace “ser”.
Es un gozo y un privilegio servir a Jesús, pero recordemos siempre que Él es la vid y nosotros los pámpanos.
Sin Él, nada podemos.
Es un gozo y un privilegio servir a Jesús, pero recordemos siempre que Él es la vid y nosotros los pámpanos.
Sin Él, nada podemos.
*PARA PENSAR*: En nuestra vida, incluso cuando oramos, o leemos las Escrituras, ¿lo hacemos como Marta o como María? ¡Dios te bendiga!